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Una empresa panameña dedicada al reciclaje está trabajando en un proyecto para instalar en el lapso de un año un centro de acopio de materiales tecnológicos en Panamá, para luego ser procesados en México.

Panamá se convertirá en un centro internacional de acopio para la recolección de desechos tecnológicos de todo Centroamérica, como primer paso para eliminar la acumulación de estos materiales. Fernando Duque Cardoze, de la empresa panameña Recimax, reveló que se está trabajando en un proyecto para instalar en el lapso de un año un centro de acopio de materiales tecnológicos desechados. De acuerdo con Duque Cardoze, en este centro se recolectarían computadoras, teclados, celulares, baterías, reproductores de sonido, copiadoras y todo equipo electrónico, que luego será enviado a una planta de reciclaje en México para posteriormente ser vendido a los países industrializados. Cabe mencionar que en Panamá no existen empresas dedicadas al reciclaje de equipo electrónico y que éste usualmente permanece en depósitos o es arrojado al vertedero de cerro Patacón sin ningún tipo de regulación o cuidado. Mientras que en otros países como los europeos, los componentes de una computadora son separados para reciclarlos y evitar riesgos. En China o la India los residuos se envían a grandes basureros donde son tratados, mientras que en Panamá se manejan como si se tratara de un empaque de leche o una caja de galletas vacía.
También detalló que muchos de estos equipos contienen sustancias químicas contaminantes como el litio, cadmio, cobre, plomo, mercurio, arsénico y zinc. Admitió que muchas de estas sustancias son arrastradas desde los vertederos a las fuentes de agua y ocasionan la muerte de animales. También señaló que en las plantas de reciclaje estos equipos son descompuestos en sus partes y cada una de ellas sufren un proceso de reciclaje o de destrucción. En el caso de las computadoras, sus caparazones son procesados para la elaboración de otros productos de plástico, las pantallas de cristal líquido también son desmontadas, así como la clasificación de las baterías. Algunos elementos como aluminio, cobre, cobalto, hierro y acero inoxidable, presentes en las baterías, son rehusados en la fabricación de otras. De acuerdo con cifras del Ente Regulador de los Servicios Públicos, en Panamá existen más de tres millones de celulares activos; cada año se botan unos 200 mil teléfonos celulares; y al menos de 50 mil a 60 mil computadoras son reemplazadas por nuevos modelos. Mientras que a Cerro Patacón llegan aproximadamente 94 mil toneladas de papel y cartón, 43 mil 800 toneladas de material plástico, 29 mil 200 toneladas de vidrio y 18 mil 250 toneladas de metal.

La basura en Panamá crece.
En ese sentido, Luciano Ramírez, de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), estimó que el volumen de basura de todo tipo crece cada día, pero aún en Panamá no existe una cultura de reciclaje. No obstante, explicó que la ANAM este año pretende crear 200 estaciones de reciclaje, que estarán en todo el país. Otro punto álgido en este tema son los desechos sólidos que producen emisiones ácidas, que terminan en ríos, lagos y quebradas. Ramírez aseguró que uno de los materiales más peligrosos y que causa graves perjuicios al medio ambiente es el plástico. Planteó que en pruebas realizadas en el área del Caribe se ha podido establecer que los plásticos son los causantes de la muerte de tortugas, que los ingieren al confundirlos con las medusas.
Afirmó que es necesario caminar hacia una iniciativa para minimizar el uso de bolsas plásticas de supermercado y utilizar bolsas de materiales reutilizables. A su juicio, sólo con una cultura orientada al reciclaje y la conservación se puede lograr un equilibrio con la naturaleza. Alegó que existen legislaciones que aplican sanciones a proveedores de telefónicas y empresas productoras de plásticos que no apliquen programas de reciclaje. El aumento de la basura tecnológica tiene su sustento en el hecho de que cada día se fabrican equipos que deben ser remplazados rápidamente. A principios del siglo pasado, los equipos electrónicos tenían un promedio de vida de 10 años, pero hoy día ese tiempo se ha reducido a unos meses.